El arte de Beatriz Carbonell Ferrer es un diálogo constante entre la materia y el espacio, pero también entre el ser humano y sus propias decisiones. A través de la escultura, explora la conexión entre la forma y la emoción, entre lo sólido y lo efímero, entre lo que permanece y lo que cambia. Sus piezas nos hablan de relaciones, de encuentros y desencuentros, de tensiones y equilibrios que reflejan nuestra propia existencia. A lo largo de 25 años, ha desarrollado un extenso proyecto de investigación y experimentación escultórica muy personal. 

Lo que queda. Somos bolsas que migramos por el mundo.