Encuentro Centro del Carmen 10 de octubre 2016

Encuentro Centro del Carmen 10 de octubre 2016
3 febrero, 2017 Izaskun Etxebarria

El 28 de septiembre, desde las asociaciones AVVAC y AVCA, se solicitó un encuentro al Conseller, D. Vicent Marzà, con representantes de la Consellería d’educació, cultura i esports. A dicha reunión, que tuvo lugar el pasado lunes 10 de octubre en el Centro del Carmen, asistieron: Dª. Carmen Amoraga (Directora General de Cultura y Patrimonio) y D. Jose Luis Pérez Pont (Director gerente CMCV) por parte de la Conselleria; por parte de AVVAC Izaskun Etxebarria y Agustín Serisuelo, y de AVCA Maite Ibáñez.

El planteamiento de la reunión fue revisar las diferentes medidas tomadas por la Generalitat Valenciana a lo largo de este primer año de legislatura, tales como el Código de Buenas Practicas en la Cultura o el Plan Estratégico de Cultura Valenciano 2016/2020. También se hizo un análisis del reparto presupuestario de 2016 destinado a cultura —concretamente, las partidas económicas destinadas a Artes Plásticas y Escénicas— y se expusieron algunos aspectos relacionados con las últimas medidas tomadas por el IVAM. Finalmente, se cuestionó cuál es la función y capacidad de acción del Consell Valencià de Cultura.

Exponemos, a continuación, el análisis y la postura defendida por AVVAC y AVCA en cada uno de los puntos tratados:

En las últimas elecciones autonómicas, la sociedad valenciana eligió un cambio de rumbo en sus instituciones hacia un nuevo modelo progresista, un cambio que la nueva clase política valenciana tiene la obligación de llevar a cabo. En cultura, las políticas de clientelismo de gobiernos anteriores sumadas a la ausencia de un proyecto cultural específico, dejaron un sector a la deriva: políticas elitistas sin compromiso alguno hacia la base, con irregularidades graves en la gestión y financiación, que han llevado hasta los tribunales a algunos de sus anteriores gestores.

Esta necesidad de cambio ha sido la postura defendida, desde sus inicios, por las asociaciones profesionales que han reclamado un mayor rigor, respeto y profesionalidad hacia la figura del creador. Este cambio consiste en la necesidad de un nuevo modelo cultural que trascienda el modelo de exhibición y de grandes espectáculos para conseguir un modelo más sostenible, donde se aumenten las ayudas a la producción; es decir, a la base del sector.

Estas reivindicaciones se plasmaron en una primera reunión (hace justo ahora un año) y creemos que no se han visto reflejadas de forma clara, ni han sido evidenciadas en la redacción de los textos normativos emitidos desde la Consellería d’educació, cultura i esports. Las medidas tomadas poseen un espíritu renovador y transgresor, aunque su contenido no ataja las diversas problemáticas de nuestro sector.

Por ello, seguimos reclamando un mayor respeto por la profesionalización de este sector extremadamente precarizado e indefenso frente a las medidas de las instituciones, que no contemplan un trato profesional que se asemeje a cualquier otro profesional.

En cuanto al Código de Buenas Practicas en la Cultura, creemos que no incluye propuestas concretas para la mejora de dicha precariedad laboral ni tampoco hemos encontrado medidas dirigidas a mejorar las relaciones laborales entre las instituciones y el/la creador/a. Son reivindicaciones básicas que vienen plasmadas en el Manual de Buenas Prácticas firmado por el Ministerio de Cultura en 2007, que ya facilitamos a la Conselleria en nuestra primera toma de contacto.

Este texto se centra en medidas para la gestión de los centros, bajo la tutela de la propia Generalitat, en los que recae la aplicación e interpretación del Código y es de obligatoria aplicación para el IVAM, Consorcio, Culturarts, Museo San Pio V y el Palau de les Arts. Creemos, incluso, que se debe hacer un esfuerzo por ampliar su cumplimiento y su radio de acción a un territorio más amplio, ya que dentro de cada uno de estos organismos encontramos otros centros, museos y teatros que deberían contemplar la obligatoriedad de su cumplimiento.

Insistimos, también, en que la dirección de los centros debe ser elegida por concurso público, tal y como especifica este Código que apunta la importancia de mantener una independencia geográfica como mínimo de los 2/3 de los miembros de los órganos de selección, para velar, así, por una mayor transparencia y desvinculación de los candidatos propuestos a cualquier tipo de convocatoria pública.

Este documento refleja una preocupación por la dirección de los centros y los órganos administrativos —posiblemente por los desfalcos e irregularidades que se dieron en el pasado—, pero deja de lado una vez más al creador de contenidos. Aspecto este que contrasta con la introducción, donde podemos leer literalmente: “Un código que defina los derechos y los deberes de los profesionales de la cultura en aspectos laborales, económicos y profesionales”. Este tema luego no se aborda en su contenido.

Posteriormente, se pasó al análisis del Plan estratégico de Cultura Valenciano 2016/2020, en el que —desgraciadamente— las medidas concretas para nuestro sector han sido, de nuevo, omitidas. Empezando por la distribución por ámbitos, donde aparecen las artes plásticas junto a la arquitectura y el diseño—¿acaso compartimos problemáticas y preocupaciones laborales?— que nos hace presagiar un rumbo equivocado en la redacción del documento.

Ya se anuncia la clara prioridad que se da a las artes escénicas, que aglutinan el mayor número de medidas y propuestas; una diferencia que se refleja en el reparto presupuestario de cultura de este año, como analizaremos más adelante.

Por un lado, observamos en el enfoque del estudio tintes neoliberales: plantea el mundo de la cultura como industria y valora su calidad en términos de excelencia y bajo el paradigma de la rentabilidad económica, junto a otros aspectos únicamente cuantitativos. A lo largo del documento, se habla en todo momento de empresas culturales, sin embargo, los trabajadores del sector de las artes visuales son mayoritariamente autónomos. En lo relativo al sector, se menciona únicamente fomentar el coleccionismo.

Por otro lado, se presenta al Consorcio de Museos como ente que debe apostar por la investigación y el apoyo al arte emergente, pero creemos que esto se debe completar, además, con ayudas directas desde la Generalitat a los creadores en diferentes formas (bolsas económicas y ayudas mediante convocatorias directas) y no delegar esta importante misión, exclusivamente, en otra institución.

En diferentes ocasiones, también, se nombran y declinan funciones y responsabilidades en el Comité Valenciá de Cultura: un ente que creemos inerte, compuesto por algunos profesionales investigados por la justicia debido a su responsabilidad en la gestión de la cultura en anteriores gobiernos. Nos parece esperpéntica e injustificable la actitud que se está tomando al respecto.

En definitiva, apreciamos un conflicto en sus planteamientos: un discurso progresista, aparentemente reformista, que choca con la aplicación de las herramientas de análisis que se están utilizando para estudiar el mundo de la cultura y las medidas que se van a llevar a cabo según se expone. Unas herramientas y un enfoque que —como sabemos— ya fracasó en Cataluña hace años. Además, para analizar el impacto en el sector, tras la aplicación de este plan, se anuncia un sistema ya empleado para valorar la rentabilidad de las empresas públicas en la Unión Europea: el EFQM (Excelencia y Calidad en la Gestión Empresarial), que proviene directamente del mundo empresarial y prima conceptos como liderazgo, cliente u orientación hacia resultados en su modelo.

Así pues, volvemos a reclamar e insistir en la necesidad de realizar un estudio específico del sector de las artes visuales contemporáneas, ya que mientras no se haga un análisis exhaustivo y propio no se podrán tomar medidas que atajen la problemática de precariedad e indefensión en la que se encuentra.

En relación al Presupuesto de Artes Plásticas y Escénicas 2016, se percibe el desajuste que nombrábamos anteriormente, y se evidencia la prioridad a instituciones relacionadas con las artes escénicas por encima de las artes visuales. Viendo en detalle el reparto presupuestario, queda claro que entre instituciones como Culturarts (24.088.300 millones 46%) y Palau de les Arts (15.355.090 millones 29%) que se dedican casi exclusivamente a las artes escénicas, se reparten. del total del presupuesto destinado a cultura; un alarmante 75%. (ver anexo Gráfico Presupuestos Artes Plásticas y Escénicas 2016 – GV)

Además, si —como dice el Plan Estratégico— el Consorcio de Museos es el ente dedicado casi exclusivamente al apoyo e investigación destinado al arte valenciano contemporáneo más emergente, la inversión presupuestaria de 1.750.00 millones, un 3% del total, denota la relevancia que tiene la creación de contenidos en artes visuales contemporáneas para el gobierno actual.

Para concluir el encuentro, se le trasladó una queja formal por la reciente subida de precio en la entrada al público general del IVAM, ya que esta medida contradice drásticamente las ya tomadas por el Plan Estratégico que pretenden aumentar, fidelizar y popularizar las visitas a los museos. No entendemos a qué tipo de intereses se dirigen estas medidas y bajo la supervisión de quién están tomadas, pero no hay que omitir que el máximo responsable del Consejo Rector es el Conseller de Cultura.

Además, trasmitimos las quejas presentadas por parte de nuestra representante en el Comité Asesor (un ente nuevo creado para la transparencia compuesto por miembros designados por asociaciones, entre otros), ya que se están realizando compras que desde nuestro punto de vista no están lo suficientemente justificadas ni analizadas en el conjunto de la colección del IVAM, una institución que sigue sin cumplir sus objetivos como Instituto.

Todo esto nos preocupa debido a la reciente situación de la que sale la institución, y queremos recalcar que precisamente, la anterior dirección está siendo investigada exactamente por irregularidades en las compras. Por ello, nos vemos obligados a reclamar un rigor mayor y exigir, a una institución que posee los suficientes medios para realizar estudios científico-técnicos de gran calado, que justifiquen todo aquello que tenga que ver con sus adquisiciones.

Para finalizar, también presentamos una queja por las formas en que se están presentando todas estas medidas desde la Generalitat Valenciana, ya que se están utilizando medios, metodologías y términos muy atrayentes para la opinión pública —así como una excesiva utilización de puestas en escena de cara a la opinión pública—, y sin embargo, carecen del rigor y profesionalidad que exigimos en su contenido.

La reunión transcurrió en un ambiente formal, y aunque Dª. Carmen Amoraga justificó algunas de las medidas, estuvo de acuerdo en las contradicciones existentes en los diferentes planes y medidas asegurándonos que serán estudiadas y modificadas si fuera necesario, ya que dichos documentos están abiertos a mejoras y modificaciones.

Así pues, creemos que lo más importante ha sido conseguir que se realicen de forma obligatoria reuniones o tomas de contacto periódicas (cada tres meses) para así poder apuntar directamente carencias que vayamos observando y no vernos obligados a realizar “reuniones express”, —donde tener que repasar multitud de puntos claves con excesiva rapidez es una trampa—.

También nos indicó un cambio de protocolo importante a la hora de dirigirnos a representantes de la Conselleria, ya que anteriormente contactábamos con un asesor directo del Conseller y ahora nos dirigiremos directamente a ella, que es la responsable de las cuestiones relacionadas con las artes visuales.

Sabemos de las buenas actitudes y propósitos de estos nuevos dirigentes, pero con las medidas tomadas hasta ahora, la situación de nuestro sector no va a mejorar, por lo que es vital seguir insistiendo para contribuir a la construcción de una mejora clara y real de nuestro sector.

En las ultimas elecciones autonómicas, la sociedad valenciana eligió un cambio de rumbo en sus instituciones hacia un nuevo modelo progresista, un cambio que la nueva clase política valenciana tiene la obligación de llevar a cabo. En cultura, las políticas de clientelismo de gobiernos anteriores sumadas a la ausencia de un proyecto cultural específico, dejaron un sector a la deriva: políticas elitistas sin compromiso alguno hacia la base, con irregularidades graves en la gestión y financiación, que han llevado hasta los tribunales a algunos de sus anteriores gestores.

Esta necesidad de cambio ha sido la postura defendida, desde sus inicios, por las asociaciones profesionales que han reclamado un mayor rigor, respeto y profesionalidad hacia la figura del creador. Este cambio consiste en la necesidad de un nuevo modelo cultural que trascienda el modelo de exhibición y de grandes espectáculos para conseguir un modelo más sostenible, donde se aumenten las ayudas a la producción; es decir, a la base del sector.

Estas reivindicaciones se plasmaron en una primera reunión (hace justo ahora un año) y creemos que no se han visto reflejadas de forma clara, ni han sido evidenciadas en la redacción de los textos normativos emitidos desde la Consellería d’educació, cultura i esports. Las medidas tomadas poseen un espíritu renovador y transgresor, aunque su contenido no ataja las diversas problemáticas de nuestro sector.

Por ello, seguimos reclamando un mayor respeto por la profesionalización de este sector extremadamente precarizado e indefenso frente a las medidas de las instituciones, que no contemplan un trato profesional que se asemeje a cualquier otro profesional.

En cuanto al Código de Buenas Practicas en la Cultura, creemos que no incluye propuestas concretas para la mejora de dicha precariedad laboral ni tampoco hemos encontrado medidas dirigidas a mejorar las relaciones laborales entre las instituciones y el/la creador/a. Son reivindicaciones básicas que vienen plasmadas en el Manual de Buenas Prácticas firmado por el Ministerio de Cultura en 2007, que ya facilitamos a la Conselleria en nuestra primera toma de contacto.

Este texto se centra en medidas para la gestión de los centros, bajo la tutela de la propia Generalitat, en los que recae la aplicación e interpretación del Código y es de obligatoria aplicación para el IVAM, Consorcio, Culturarts, Museo San Pio V y el Palau de les Arts. Creemos, incluso, que se debe hacer un esfuerzo por ampliar su cumplimiento y su radio de acción a un territorio más amplio, ya que dentro de cada uno de estos organismos encontramos otros centros, museos y teatros que deberían contemplar la obligatoriedad de su cumplimiento.

Insistimos, también, en que la dirección de los centros debe ser elegida por concurso público, tal y como especifica este Código que apunta la importancia de mantener una independencia geográfica como mínimo de los 2/3 de los miembros de los órganos de selección, para velar, así, por una mayor transparencia y desvinculación de los candidatos propuestos a cualquier tipo de convocatoria pública.

Este documento refleja una preocupación por la dirección de los centros y los órganos administrativos —posiblemente por los desfalcos e irregularidades que se dieron en el pasado—, pero deja de lado una vez más al creador de contenidos. Aspecto este que contrasta con la introducción, donde podemos leer literalmente: “Un código que defina los derechos y los deberes de los profesionales de la cultura en aspectos laborales, económicos y profesionales”. Este tema luego no se aborda en su contenido.

 

Posteriormente, se pasó al análisis del Plan estratégico de Cultura Valenciano 2016/2020, en el que —desgraciadamente— las medidas concretas para nuestro sector han sido, de nuevo, omitidas. Empezando por la distribución por ámbitos, donde aparecen las artes plásticas junto a la arquitectura y el diseño —¿acaso compartimos problemáticas y preocupaciones laborales?— que nos hace presagiar un rumbo equivocado en la redacción del documento.

Ya se anuncia la clara prioridad que se da a las artes escénicas, que aglutinan el mayor numero de medidas y propuestas; una diferencia que se refleja en el reparto presupuestario de cultura de este año, como analizaremos más adelante.

Por un lado, observamos en el enfoque del estudio tintes neoliberales: plantea el mundo de la cultura como industria y valora su calidad en términos de excelencia y bajo el paradigma de la rentabilidad económica, junto a otros aspectos únicamente cuantitativos. A lo largo del documento, se habla en todo momento de empresas culturales, sin embargo, los trabajadores del sector de las artes visuales son mayoritariamente autónomos. En lo relativo al sector, se menciona únicamente fomentar el coleccionismo.

Por otro lado, se presenta al Consorcio de Museos como ente que debe apostar por la investigación y el apoyo al arte emergente, pero creemos que esto se debe completar, además, con ayudas directas desde la Generalitat a los creadores en diferentes formas (bolsas económicas y ayudas mediante convocatorias directas) y no delegar esta importante misión, exclusivamente, en otra institución.

En diferentes ocasiones, también, se nombran y declinan funciones y responsabilidades en el Comité Valencià de Cultura: un ente que creemos inerte, compuesto por algunos profesionales investigados por la justicia debido a su responsabilidad en la gestión de la cultura en anteriores gobiernos. Nos parece esperpéntica e injustificable la actitud que se está tomando al respecto.

En definitiva, apreciamos un conflicto en sus planteamientos: un discurso progresista, aparentemente reformista, que choca con la aplicación de las herramientas de análisis que se están utilizando para estudiar el mundo de la cultura y las medidas que se van a llevar a cabo según se expone. Unas herramientas y un enfoque que —como sabemos— ya fracasó en Cataluña hace años. Además, para analizar el impacto en el sector, tras la aplicación de este plan, se anuncia un sistema ya empleado para valorar la rentabilidad de las empresas públicas en la Unión Europea: el EFQM (Excelencia y Calidad en la Gestión Empresarial), que proviene directamente del mundo empresarial y prima conceptos como liderazgo, cliente u orientación hacia resultados en su modelo.

Así pues, volvemos a reclamar e insistir en la necesidad de realizar un estudio específico del sector de las artes visuales contemporáneas, ya que mientras no se haga un análisis exhaustivo y propio no se podrán tomar medidas que atajen la problemática de precariedad e indefensión en la que se encuentra.

 

En relación al Presupuesto de Artes Plásticas y Escénicas 2016, se percibe el desajuste que nombrábamos anteriormente, y se evidencia la prioridad a instituciones relacionadas con las artes escénicas por encima de las artes visuales. Viendo en detalle el reparto presupuestario, queda claro que entre instituciones como Culturarts (24.088.300 millones 46%) y Palau de les Arts (15.355.090 millones 29%) que se dedican casi exclusivamente a las artes escénicas, se reparten ¾ del total del presupuesto destinado a cultura; un alarmante 75%. (ver anexo Gráfico Presupuestos Artes Plásticas y Escénicas 2016 – GV)

Además, si —como dice el Plan Estratégico— el Consorcio de Museos es el ente dedicado casi exclusivamente al apoyo e investigación destinado al arte valenciano contemporáneo más emergente, la inversión presupuestario de 1.750.00 millones, un 3% del total, denota la relevancia que tiene la creación de contenidos en artes visuales contemporáneas para el gobierno actual.

Para concluir el encuentro, se le trasladó una queja formal por la reciente subida de precio en la entrada al público general del IVAM, ya que esta medida contradice drásticamente las ya tomadas por el Plan Estratégico que pretenden aumentar, fidelizar y popularizar las visitas a los museos. No entendemos a qué tipo de intereses se dirigen estas medidas y bajo la supervisión de quién están tomadas, pero no hay que omitir que el máximo responsable del Consejo Rector es el Conseller de Cultura.

Además, trasmitimos las quejas presentadas por parte de nuestra representante en el Comité Asesor (un ente nuevo creado para la transparencia compuesto por miembros designados por asociaciones, entre otros), ya que se están realizando compras que desde nuestro punto de vista no están lo suficientemente justificadas ni analizadas en el conjunto de las colección del IVAM, una institución que sigue sin cumplir sus objetivos como Instituto.

Todo esto nos preocupa debido a la reciente situación de la que sale la institución, y queremos recalcar que precisamente, la anterior dirección está siendo investigada exactamente por irregularidades en las compras. Por ello, nos vemos obligados a reclamar un rigor mayor y exigir, a una institución que posee los suficientes medios para realizar estudios científico-técnicos de gran calado, que justifiquen todo aquello que tenga que ver con sus adquisiciones.

 

Para finalizar, también presentamos una queja por las formas en que se están presentando todas estas medidas desde la Generalitat Valenciana, ya que se están utilizando medios, metodologías y términos muy atrayentes para la opinión pública —así como una excesiva utilización de puestas en escena de cara a la opinión pública—, y sin embargo, carecen del rigor y profesionalidad que exigimos en su contenido.

La reunión trascurrió en un ambiente formal, y aunque Dª. Carmen Amoraga justificó algunas de las medidas, estuvo de acuerdo en las contradicciones existentes en los diferentes planes y medidas asegurándonos que serán estudiadas y modificadas si fuera necesario, ya que dichos documentos están abiertos a mejoras y modificaciones.

Así pues, creemos que lo más importante ha sido conseguir que se realicen de forma obligatoria reuniones o tomas de contacto periódicas (cada tres meses) para así poder apuntar directamente carencias que vayamos  observando y no vernos obligados a realizar “reuniones express”, —donde tener que repasar multitud de puntos claves con excesiva rapidez es una trampa—.

También nos indicó un cambio de protocolo importante a la hora de dirigirnos a representantes de la Conselleria, ya que anteriormente contactábamos con un asesor directo del Conseller y ahora nos dirigiremos directamente a ella, que es la responsable de las cuestiones relacionadas con las artes visuales.

Sabemos de las buenas actitudes y propósitos de estos nuevos dirigentes, pero con las medidas tomadas hasta ahora, la situación de nuestro sector no va a mejorar, por lo que es vital seguir insistiendo para contribuir a la construcción de una mejora clara y real de nuestro sector.

LEYENDA – PRESUPUESTOS ARTES PLA?STICAS Y ESCENICAS – 2016 – GV
GRAFICO – PRESUPUESTOS ARTES PLA?STICAS Y ESCE?NICAS – 2016 – GV

 

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